¿Quién eres?

Lo que pasa en tu cabeza es solo un producto biológico. Mente, órgano compuesto de neuronas y alimentado por el oxígeno de la sangre. El espíritu es de otra composición y no reside en la mente, aunque la mente sea su principal medio para hacerse conocer. Tú eres espíritu, que se sirve de un cuerpo para cumplir un trabajo, una misión, un quehacer espiritual, como no puede ser de otra forma. Te liberarás de este tu actual cuerpo y tu actual nombre, pero seguirás vivo, acumulando tantas experiencias como vidas tengas, vidas diversas y extrañas entre sí, en tu infinito devenir en la mano del infinito Padre, justamente dicho “creador de lo visible y lo invisible”.

Nada que temer y nada que sufrir. El temor y el sufrimiento son emociones básicas de los cuerpos, no del espíritu. El gozo sublime de la vida es dejar pasar esta encarnación y sus ditirambos pues nada en ella es permanente. Tus deseos son vanos porque no se pueden fijar, porque no son eternos, solo mariposillas temblorosas que morirán muy pronto. Y tú no mueres. Tú no eres la persona que se nombra. ¿Quién eres, entonces? Un ser sin nombre, como la esencia infinita de la vida que no tiene nombre, como Dios si así te apetece decirlo.

Sufrir no es de inteligentes, sufrir es de espíritus poco formados, poco evolucionados, sufrir es la primera forma de tirar la oportunidad de una verdadera transformación. Lo que hay es lo justo y no hay que sufrir. Espero que lo entiendas.

Puedes ser millonario, pero los millones de pesos no te eximirán del trabajo espiritual, no hay en la tierra un alma desocupada. Ya lo sabes. Ningún alma está desocupada, rica o pobre. No quemes tu vida en fuegos fatuos. No te distraigas de la verdad de espíritu. Mucho has trabajado para perderlo en la idolatría de la vanidad. No le hagas caso a tu mente errática, dialoga desde lo que eres: espíritu. El espíritu tiene muchas formas de expresar y comprender. Estás rodeado de almas necesitadas de luz, luz del Padre que tú trasmites.

Comunicado sin firma.

15 de junio de 2023